Situémonos en Castellón, si ustedes gustan, en 1871. En la plaza de la Constitución y en el año citado, la imprenta de Perales imprimía "Un bateig en Burria- na", escrito por Casademunt en idioma valenciano y dedicado a un aficionado "a las musas valencianas". Era lo normal, pues a la Universidad Jaume I le faltaba más de un siglo para implantar el "desenvolupament català". Los valencianos de Burriana y Castellón, en 1871, leían un idioma al que los escritores habían incorporado múltiples variables morfosintácticas que incrementaban la singularidad del valenciano respecto a las lenguas vecinas.
Así, en "Un bateig en Burriana" hallamos el tratamiento de cortesía so, contracción silábica de senyor similar a la de "monseigneur, monssènyer, mossén". Hay otra homología con la palabra "sennor" del castellano medieval, y es que ambas no tenían variable de género (el castellano J. Ruiz alude a la dama con "aquesta mi señor"), por lo que encontramos So Mariana y So Batiste. EI autor muestra gran riqueza léxica, y sólo cuando usa el caste- llano surgen los cómicos solecismos de leve crítica social (p.e., llama "Fomiento" a una autoridad de Fomento que acude desde Castellón).
La joven Visanteta, al comentar que la cortejan "tots els chavals" (p.11 ), incorpora al idioma valenciano la voz "chaval" procedente del caló o gitano. Era una de las primeras veces que se documenta "chaval" en un texto literario de las lenguas peninsulares. Por su parte, Batiste alude a "esta vesprá", frase que la inmersión transforma en "aquesta tarda o vesprada", alterando el demostrativo y la aféresis del sustantivo. En otra escena, Batiste quiere que el bautizo sea el más importante que "en la redolá se fasa" (Ahora, desde que Mercé Sala catalanizó la RENFE, sustìtuyen "redolá y cercanies" por el catalán "rodalíes".)
En otra línea leemos "quant abaìxen del coche", frase que provocará sonrisas inmersoras por la presencia de la "ch" valenciana. EI vocablo coche procedía de Hungría y se documenta en Europa occidental en la segunda mitad del siglo XVI; así, según Corominas, "como voz propiamente castellana, se halla en 1596". En el condado de Cataluña, según el mismo etimólogo, recoge en 1559 la voz "cotxa", y ya se pasa al 1583 en que documenta "cotxo".
Todo es muy científico, pero sólo en apariencia; pues el etimólogo cometió una picardía. Entre el cotxa de 1559 y el cotxo de 1583, Corominas se salta el primer diccionario que recoge en España esta voz. En el conocido Thesaurus de Pou, publicado en Valencia en 1575, no consta el catalán "cotxa o cotxo petit", sino el valenciano "coche chic de quatre cavalls", dato que oculta el etimólogo catalán. Hasta en nueve citas repite la voz, y siempre con la ch a cuestas, siendo el primer texto donde se documenta el derivado "cochero" entre las lenguas peninsulares: "Lo cochero de tres cavalls". La palabra nunca dejó de usarse en el idioma valenciano, incluso en los coloquios del XVIII: "Ve- nien tres coches" (Bib. Nic. Primitiu, Ms. 419, h.1794), y entre los valencianos de Castellön en 1871. La Generalidad Valenciana, en su documentación oficial, escribía: "Ni eixir coches per la porta" (ARV. G. Prov.1678. Sg. 3221).
En una metáfora burlona del "Bateig en Burriana" leemos: "EI parot gros mos ve" (p. 6). Todos hemos admirado al bello parot de bassa y al delicado parotet desde niños, pero lo que no sabíamos es que este vocablo exclusivo de la lengua valenciana sería capturado y expuesto en los diccionarios catalanes. Por cierto, leyendo los comentarios de Corominas, da la impresión de que el "parot" es un mutante peligroso que nada, vuela y cuando pica deja la "petxella" (?) . No es por molestar, pero el etimólogo dice que el primer documento donde aparece parot es en 1887. Como "Un bateig en Burriana" fue publicado en 1871, restaremos 16 años, si al Institut d'Estudis Catalans no le ofende.
Aparte de constatar que en el Castellón de 1871 se usaba el idioma valenciano vivo y con enriquecimiento de voces (chaval, parot), nos queda comentar un detalle entrañable. Como es sabido, nuestra pluralización suma una n en ciertas terminaciones, "jovens, homens, ordens..." ; pues bien, en "Un bateig en Burriana" podemos observar un inicio de normalización espontánea en la frase "divise les tartanes o cochens" (p. 6). Así, poco a poco, como un organismo vivo, el idioma valenciano iba desarrollando sus características.
Hoy sucede lo contrario. Siguiendo con la enloquecida cruzada contra la lengua valenciana, han montado "La luz de las imágenes" en castellano y catalán. Tenemos un detalle con la voz "image", usada por la Generalidad antes de 1707: "image del Sant" (ARV, G. Prov. any 1650), y pluralizada como "imagens" en el Thesaurus (Valencia,1575). Pues bien, los encargados de la exposición han mirado con lupa que no se filtrara nada que irritara al Institut d'Estudis Catalans. Hasta en el título han usado el catalán "imatges", no el valenciano "imagens". A estas manipulaciones, nuestros amigos de Burriana -los de 1871- llamarían "Fomiento del valenciano".
Las Provincias, 14 de Febrer de 1999
A esto yo no le llamaría "fomiento", sino atajo
ResponderEliminarde hijos de puta que todo lo quieren para ellos
y no respetan ni a su p..a madre.
Estant d'acort en lo dit per circulista, pero respectant a les mares que no tenen ninguna culpa i que, segurament parlaven en perfecte valenciá, la paraula "venuts" es la mes acort en la definicio de tots eixos pseudovalencians que's canvien de chaqueta per diners, encara que casi es pijor fer.ho per papanatisme i modernitat.....
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