La investigadora Dolores Oliver Pérez, profesora de la Universidad de Valladolid, acaba de publicar la obra El Cantar de Mío Cid: génesis y autoría árabe, en la que afirma que el autor fue Abu l-Walid al Waqqashi, famoso poeta y jurista árabe, que la escribió en Valencia, en vida del Cid, en el año 1095.
Dos son las tesis que más se repiten sobre la autoría de esta obra; la primera de ellas y más extendida es la que afirma que se trataba de un juglar, como afirmaba Menéndez Pidal. La segunda, considera que su autor fue un jurista culto con conocimientos de fuentes latinas y de épica francesa. Oliver Pérez, que ha presentado recientemente su libro en la Universidad de Alicante, ha llegado a la conclusión de que el Cantar de Mío Cid es un poema de propaganda política, compuesto por Abu l-Walid al Waqqashi, en la corte de Rodrigo y que se empieza a recitar en árabe y en lengua romance en Valencia en el año 1095.
Así pues, la fecha de creación del Cantar tampoco coincide con las tesis más repetidas. Hasta la fecha se consideraba que el Cantar de Mío Cid se escribió en 1207. La doctora Oliver Pérez demuestra en su obra que no pudo escribirse en ese momento, sino que tuvo que escribirse en vida del Cid, ya que era una época que se caracterizó por la tolerancia. La clave para datar el Poema en 1095, y no en 1207 como se creía hasta ahora, la encuentra la autora en expresiones incluidas en los versos como son “amar a los moros”, que el Cid dice. Teniendo en cuenta que tras la muerte del Cid, en el año 1099, finalizó este período de tolerancia que había imperado, <<sólo pudo escribirse cuando éste era soberano>>.
El examen comparativo de la Primera Crónica General de Alfonso X el Sabio, que constituye la primera obra en romance que está fundada en fuentes latinas, árabes y el Cantar de Mío Cid, con el propio Cantar de Mío Cid, da la clave de cuándo tuvo que escribirse. Así, al estudiar comparativamente los versos del Cantar con la prosificación que de este se hace en la Primera Crónica General, se aprecia cómo se ha modificado el tratamiento del Cid, del rey Alfonso o cuestiones religiosas. El motivo es que la imagen del Cid no puede ser admitida en la sociedad occidental. Como ejemplo está el hecho de que el Cid se vanagloria de engañar a los judíos en el Cantar original. Pide prestado dinero sin intención de devolverlo, porque el Corán prohíbe prestar dinero con usura. Según afirma la doctora Oliver Pérez, <<existen muchos detalles que son tópicos de la poesía beduina que salen en el Cantar de Mío Cid y que nadie ha entendido por desconocerlo>>.
En la época que Oliver Pérez data la obra, existían los reinos de taifas. En aquellos momentos, todos los taifas se hacían c
omponer este tipo de obras como propaganda política. La investigadora de la Universidad de Valladolid concluye que el Cid hizo lo mismo con el objetivo de que el pueblo lo quisiera.
omponer este tipo de obras como propaganda política. La investigadora de la Universidad de Valladolid concluye que el Cid hizo lo mismo con el objetivo de que el pueblo lo quisiera.
Abu l-Walid al Waqqashi, autor del Cantar del Mío Cid, era definido como el hombre más inteligente y sabio de su tiempo. Tanto las crónicas árabes como las cristianas y la Primera Crónica General lo definen como musulmán tolerante y con gran don de gentes. Precisamente, fue su tolerancia la que le llevó de Huecas (Toledo), de donde era natural, a Valencia, ciudad a la que se desplazó huyendo de la corte de Al-mamum. Cuando el Cid sitió Valencia, él fue el moro sabio que subió a la torre y anunció al pueblo el negro futuro que les esperaba. El autor del Cantar fue el encargado de establecer las cláusulas de la rendición de Valencia, momento en el que hizo un pacto con el Cid, por el cual el poeta le ayudaba a impartir justicia, le creaba una corte literaria y le componía el Cantar para que fuera querido por sus súbditos. A cambio, el Cid se comprometía a respetar las leyes musulmanas, las mezquitas y las creencias de este pueblo.
La investigadora ha descubierto que en la primera parte del Cantar, el Cid se comporta como un jefe de tribu, donde el Cid ama a los moros y los moros aman al Cid. En la segunda parte se comporta como un rey de taifas, como expresan escenas que describen cómo trata a su mujer y a sus hijas o el detalle de concertar la boda de su hija sin contar con su mujer.
El Cantar de Mío Cid: génesis y autoría árabe está editada por la Fundación Ibn Tubayl de Estudios Árabes y publicada en 2008. Esta obra ha sido expuesta por la profesora e investigadora de la Universidad de Valladolid, licenciada en Filosofía y Letras y doctora en Filología Hispánica, Dolores Oliver Pérez.
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